In English

La explotación de una mina de oro en la frontera entre Haití y la República Dominicana causa preocupación

0

Un proyecto de minería a gran escala en la frontera podría resultar en una catástrofe ambiental potencial para los habitantes de Haití y la República Dominicana según denuncias de activistas a AyiboPost

Lire cet article en Français

Read this piece in English

Una empresa canadiense afirma que muy pronto obtendrá un permiso para explotar una importante mina de oro en la frontera de Haití, en la zona de Dajabón, República Dominicana. La concesión de más de 20,000 hectáreas de la localidad de Nieta, otorgada por la empresa Unigold, se encuentra bordeando el oeste del río Libon, que comparte la República Dominicana con Haití.

Si bien la iniciativa promete generar más de 60 millones de dólares estadounidenses al año, activistas medioambientales en República Dominicana advierten sobre un alto riesgo de desastres ambientales, como la contaminación de los ríos Artibonite y Libon, así como posibles efectos negativos como la intoxicación masiva de animales y enfermedades para las poblaciones de Haití y República Dominicana en ambos lados de la frontera.

Además de la contaminación, la minería consume una gran cantidad de agua. Se necesitan en promedio 500,000 litros de agua para extraer y lavar 1 kg de oro. « Dos países están luchando por un canal que no significa nada, pero una empresa tomará toda el agua de la región para sus operaciones y eso no lo vemos », alerta el sacerdote Osvaldo Concepción a AyiboPost.

Si bien la iniciativa promete generar más de 60 millones de dólares estadounidenses al año, activistas medioambientales en República Dominicana advierten sobre un alto riesgo de desastres ambientales.

Las operaciones de esta empresa, financiada en parte por una entidad del Banco Mundial, dejarán « una piscina de desechos cuyos efectos perdurarán durante generaciones », teme el padre, quien se desempeña como director del Centro Montalvo, una organización jesuita que apoya a los migrantes haitianos al otro lado de la frontera.

A finales de abril de 2023, Unigold anunció triunfalmente la obtención de una concesión de exploración otorgada por el Ministerio de Energía y Minas de la República Dominicana para 10,903 hectáreas adicionales, junto a las 9,990 hectáreas ya bajo el control exclusivo de la compañía en Dajabón. La compañía espera obtener un permiso de explotación por 75 años.

El anuncio generó críticas por parte de organizaciones ecologistas en la República Dominicana, pero la controversia en torno al canal eclipsa sus advertencias en Haití.

Dos países están luchando por un canal que no significa nada, pero una empresa tomará toda el agua de la región para sus operaciones y eso no lo vemos.

« Este canal desvía la atención de ambos pueblos de la explotación de estas minas », declara el activista ecologista Ruben Vilalona a AyiboPost. « Varias organizaciones en Dajabón están movilizándose para enfrentar a Unigold », agrega el miembro de la Mesa de Diálogo Cultural Transfronterizo.

Unigold promete llevar a cabo una evaluación del impacto ambiental y social del proyecto después de obtener la aprobación de la concesión de explotación.

Claude Prépetit, director general del Ministerio de Minería de Haití, revela a AyiboPost que la institución no ha sido informada sobre esta iniciativa. Dado que se trata de un proyecto dominicano, « esto debe ser abordado de manera diplomática, eso es lo que pienso », continúa el ingeniero.

El gobierno haitiano no ha respondido de inmediato a una solicitud de comentarios.

Tres de los cinco proyectos mineros más grandes de la República Dominicana se encuentran en territorio fronterizo. Después de la aprobación del gobierno dominicano, la explotación de Unigold en Dajabón se convertirá en la segunda mina más grande de este país, después de la mina de Pueblo Viejo, la más grande de toda América Latina.

Las operaciones de esta empresa, financiada en parte por una entidad del Banco Mundial, dejarán « una piscina de desechos cuyos efectos perdurarán durante generaciones.

El impacto ambiental de la minería en la frontera amenaza los recursos compartidos por ambos países.

Según un informe elaborado en 2016 por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo de la República Dominicana, « la explotación de los recursos mineros en la zona fronteriza entre Haití y República Dominicana aumentaría considerablemente la demanda de agua, en un contexto de fuerte estrés hídrico nacional para ambos países, considerados entre los más afectados por los efectos del cambio climático ».

Según el gobierno dominicano, el considerable volumen de agua requerido por la actividad minera intensiva durante décadas « aumentaría la competencia transfronteriza por los ríos compartidos por Haití y la República Dominicana, y afectaría el consumo humano, las actividades agrícolas tradicionales y la seguridad alimentaria, ya que el consumo de agua en un país afecta el uso del agua en el otro ».

Haití corre el riesgo de sufrir mucho más los efectos negativos de las operaciones mineras en su frontera con la República Dominicana. Según el Banco Mundial, Haití se encuentra entre los países con menos acceso al agua potable en el mundo. El país enfrenta la degradación de sus cuencas, la deforestación y la invasión de sus fuentes y ríos por desechos. Además, la concentración de la población haitiana en la frontera es mayor que en el país vecino.

Haití corre el riesgo de sufrir mucho más los efectos negativos de las operaciones mineras en su frontera con la República Dominicana.

El Dr. Maismy-Mary Fleurant, un experto en derecho ambiental, afirma a AyiboPost que debido a que los ríos como el Massacre e incluso el acuífero pueden verse afectados, el gobierno haitiano debe solicitar una explicación. Según el especialista, « si este proyecto no cumple con las normas y estándares, debe detenerse. Lo que importa -según Fleurant- no es enriquecer a una empresa, sino preservar la vida de las personas, la biodiversidad, el ecosistema acuático y terrestre, y la tierra como fuente de alimentos ».

En la mina de Dajabón en la frontera, la compañía Unigold esta asociada con Barrick Gold Corporation, la segunda compañía más grande de extracción de oro en el mundo. Esta empresa ya opera la mina Pueblo Viejo en colaboración con Newmont Corporation, una compañía estadounidense líder en la producción de oro.

Además de estas operaciones, Newmont Corporation posee uno de los tres principales permisos de exploración minera otorgados por Haití cerca de la frontera en La Miel, La Mine, Treuil y Memé en los departamentos del Noreste y del Centro. La compañía estadounidense adquirió estos derechos de exploración de una empresa canadiense llamada Eurasian Minerals en 2012.

Si este proyecto no cumple con las normas y estándares, debe detenerse. Lo que importa -según Fleurant- no es enriquecer a una empresa, sino preservar la vida de las personas, la biodiversidad, el ecosistema acuático y terrestre, y la tierra como fuente de alimentos.

El director del Buró de Minas (BME), Claude Prépetit, informa que la inversión minera en Haití se suspendió desde 2013. Sin embargo, desde 2006, el Buró ha otorgado 50 permisos de exploración que actualmente están caducos, así como tres permisos de explotación a empresas mineras extranjeras y sus filiales.

Según Claude Prépetit, « las condiciones no están reunidas para que la explotación minera en Haití dé beneficio a la población ». El director continúa argumentando que « los permisos de explotación deben renegociarse y la autoridad del Estado debe restablecerse para controlar estas compañías en términos fiscales y ambientales ».

La firma Barrick Gold, que operará con Unigold en la frontera, tiene un historial oscuro de violaciones de derechos humanos y ambientales, según entrevistas con activistas en la República Dominicana y documentos consultados por AyiboPost.

Las condiciones no están reunidas para que la explotación minera en Haití dé beneficio a la población.

De 2013 a 2020, la mina de Pueblo Viejo generó 2.6 mil millones de dólares en impuestos, lo que representa el 2% del producto interno bruto del país vecino, y creó 2500 empleos. Sin embargo, esta cifra de rendimiento va acompañada de la improductividad de las tierras agrícolas en las cercanías de la mina, la intoxicación de al menos cien empleados de la planta, la muerte masiva de ganado, la muerte en gran cantidad de peces en el río Macagua, niños enfermos y escuelas obligadas a cerrar.

Los habitantes de las zonas circundantes, además informan de lesiones cutáneas que pueden persistir durante años. En 2014, se encontraron niveles elevados de cianuro y otros metales pesados en la sangre y la orina de residentes de cuatro aldeas locales. Las pruebas concluyeron que las toxinas se absorben a través de la respiración y el agua contaminada.

Desde 2013, las comunidades cercanas a la mina han estado solicitando al gobierno que los reubique. La mayoría de sus protestas han sido dispersadas por la policía dominicana lanzando gases lacrimógenos. « No hay nada que podamos hacer más que aceptar lo que nos ha sucedido aquí. Nadie nos escuchará, porque Barrick [Gold] es más poderosa que nuestro presidente », declaró Mitelia Lima, una residente de las localidades afectadas, a la revista Jacobin.

Las compañías Newmont Corporation y Barrick Gold no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios de AyiboPost.

***

Haití y la República Dominicana comparten una compleja red de múltiples ríos. Los recursos hídricos no conocen fronteras: se originan en ambos países, atraviesan las líneas trazadas por las personas, rodean montañas y relieve, y siguen imperturbablemente su curso natural.

En 2014, se encontraron niveles elevados de cianuro y otros metales pesados en la sangre y la orina de residentes de cuatro aldeas locales. Las pruebas concluyeron que las toxinas se absorben a través de la respiración y el agua contaminada.

Por ejemplo, el río Artibonite se origina en la República Dominicana. Es el río más grande de toda la isla y riega el valle del mismo nombre, que es responsable del 80 % de la producción de arroz en Haití.

El río Massacre también es uno de los recursos hídricos compartidos por ambos países. Nace en la República Dominicana, pero se nutre en su camino con afluentes de Haití.

La República Dominicana cuenta con una decena de obras que explotan este río para fines agrícolas y de consumo.

Fue necesario el insistente esfuerzo de los agricultores en la llanura de Maribaroux durante el gobierno de Michel Martelly para que el Estado haitiano se interesara seriamente en este asunto.

La construcción de un canal para irrigar 3,000 hectáreas de tierras en la llanura de Maribaroux comenzó de manera concreta en 2018 bajo el gobierno de Jovenel Moïse. Esta obra, que se encontraba al 65 % de su ejecución, fue detenida alrededor de la muerte del presidente en julio de 2021.

En agosto de 2023, agricultores del bajo Maribaroux reanudaron los trabajos con la ayuda de ingenieros voluntarios de la zona para hacer frente a la sequía en la región.

Las protestas por parte de la República Dominicana fueron inmediatas. El presidente Abinader exigió la detención de las obras y cerró la frontera con Haití el 15 de septiembre de 2023.

« La República Dominicana está utilizando este canal para humillar a Haití una vez más », analiza Smith Augustin, ex embajador de Haití en la República Dominicana, en declaraciones para AyiboPost.

La República Dominicana cuenta con una decena de obras que explotan este río para fines agrícolas y de consumo.

El país vecino de Haití intentó intimidar a los trabajadores del proyecto por la fuerza en 2021. En ese momento, el asunto se trató como un incidente diplomático. Se organizó una reunión que resultó en una declaración conjunta en mayo de 2021, afirmando que las obras no violaban un acuerdo bilateral firmado en 1929 que permitía las tomas de agua, pero prohibía desviaciones que pudieran hacer que el líquido fuera inaccesible para la otra parte.

Sin embargo, pocos días después de la emisión de la declaración, el ministro de Relaciones Exteriores dominicano, Roberto Alvarez, renegó de su contenido y exigió la suspensión de las obras antes de cualquier diálogo, según informa el ex embajador Smith Augustin.

Hoy en día, el asunto del canal ha generado un renovado sentido de solidaridad entre los haitianos. « Estamos movilizados para terminar el proyecto, estamos recaudando fondos entre las organizaciones de la zona », revela Milostène Castin, responsable de una organización que lucha contra la expropiación de los agricultores en el Nordeste.

Las elecciones presidenciales están programadas para 2024 en el otro lado de la frontera. En este contexto, el asunto monopoliza los debates y aviva las pasiones.

El sentimiento anti-haitiano parece estar ganando terreno políticamente. « Es una cuestión de política local », analiza el doctor Maismy-Mary Feurant, ex consultor de la Embajada de Haití en Santo Domingo en 2021. Según el experto, « ya no se trata de consideraciones legales o de una política de buena vecindad lo que prevalece ».

Estamos movilizados para terminar el proyecto, estamos recaudando fondos entre las organizaciones de la zona.

Además, la opinión dominicana está dividida sobre el tema. « La oposición a la construcción del canal proviene de grupos nacionalistas, pero no representa a todos los dominicanos », afirma Ruben Vilalona en declaraciones a AyiboPost.

Según organizaciones en la zona de Dajabón, este asunto representa una cortina de humo frente al verdadero peligro que se cierne sobre las comunidades de ambos lados de la frontera.

« El verdadero enemigo está entre nosotros, pero no lo vemos », dice el padre jesuita Osvaldo Concepción a AyiboPost.

« Entre más luchan los pueblos, más debilitan el tejido social », continúa el reverendo. « La posibilidad de unirse para enfrentar a Unigold disminuirá; solo una sociedad civil unida de ambos lados de la frontera puede tomar posición en favor de los recursos que comparten ambas naciones », afirma.

Traducción al español por Marcela Alfonsina Colocho Rodríguez

Imagen de portada : Sercitec

Manténgase en contacto con AyiboPost a través de :

▶ Nuestro canal de Telegram : haga clic aquí

▶ Nuestro canal de WhatsApp : haga clic aquí

Widlore Mérancourt est éditeur en chef d’AyiboPost et contributeur régulier au Washington Post. Il détient une maîtrise en Management des médias de l’Université de Lille et une licence en sciences juridiques. Il a été Content Manager de LoopHaïti.

Comments